Se trata del holandés Erik Pieters, que milita en el PSV. El lateral vio la roja en el duelo en su equipo cayó por 3 a 1 ante el PEC Zwolle y se volvió literalmente loco. Tal fue se enojo que camino al vestuario pateó una puerta y luego le pegó una piña a un vidrio, que quedó bañado en sangre. Rápidamente debió ser trasladado a un hospital por la profundidad del daño que se causó y estará varias semanas alejado de las canchas.
Fuente: Ole
Editado por Pelu Gomez
@Pelu Dario Gomez
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